Como ya sabrás, el COVID-19 es un nuevo virus perteneciente a la familia de los coronavirus que ya ha afectado a más de 100.000 personas en todo el mundo. Afortunadamente, más del 80% de los casos son leves. Sin embargo, su elevada tasa de contagio y la ausencia de tratamiento hacen que aplicar medidas de prevención sea imprescindible. ¿Sabes qué papel juega la nutrición en la prevención del coronavirus?
Si no es grave, ¿por qué la prevención es tan importante?
En los últimos días, son muchas las personas que se preguntan: si la mayoría de contagios por COVID-19 son leves y se resuelven de forma espontánea, ¿por qué la prevención es tan importante? La razón radica en el agotamiento de los sistemas sanitarios.
Si no conseguimos ralentizar la propagación del virus y espaciar el número de contagios, nos encontraremos con un número de casos imposible de asumir adecuadamente con los recursos actuales. Así, un contagio masivo daría lugar a un incremento del número de casos graves -por una mayor probabilidad de contagio de las personas altamente vulnerables- y a un aumento del número de fallecimientos -por la incapacidad del sistema sanitario para atenderlos correctamente-.
Si se produce un contagio masivo, el sistema sanitario no podrá atender a todos los casos graves correctamente y aumentará el número de fallecidos por COVID-19.
Nutrición contra el coronavirus
En términos de prevención, además de minimizar el riesgo de exposición al virus, también es importante gozar de un sistema inmunitario que, en caso de contacto, sea capaz de combatirlo y evitar que infecte nuestro sistema respiratorio. Es aquí donde entra en juego la nutrición contra el coronavirus.
Aunque el concepto de `inmunonutrición´ es relativamente reciente, se ha demostrado que una adecuada nutrición es capaz de fortalecer el sistema inmunitario. De hecho, la Organización Mundial de la Salud en su monográfico de 1968 sobre “Interacciones entre Nutrición e Infección” ya expuso ciertos mecanismos de defensa que relacionaban la infección con un estado nutricional deficitario.
La importancia de los nutrientes
El conocimiento científico disponible evidencia que cualquier carencia nutricional empeora la inmunocompetencia y aumenta la vulnerabilidad frente a cualquier microorganismo. Por ello, si se quiere gozar de un óptimo sistema inmunitario, es fundamental huir de dietas altamente restrictivas y asegurar un adecuado consumo de hidratos de carbono, proteínas y grasas.
Hidratos de carbono
Los hidratos de carbono se encuentran en los cereales, los tubérculos, las frutas y las legumbres. Su importancia en la inmunidad se debe a su capacidad para evitar la destrucción de las inmunoglobulinas -proteínas implicadas en la defensa del organismo- y orientarlas hacia la sustancia extraña que se debe eliminar (antígeno).
Además, los carbohidratos son capaces de evitar la disminución de células NK (células de defensa) y el aumento de sustancias proinflamatorias propios de situaciones de estrés y fatiga, es decir, evitan el daño inmunológico resultante del aumento de cortisol y adrenalina (hormonas del estrés).
Proteínas
Las proteínas son imprescindibles para la producción de sustancias implicadas en la defensa del organismo, tales como las inmunoglobulinas o los linfocitos. Es por ello que su consumo es esencial. Aquí, lo más importante es asegurar un adecuado consumo de proteínas de alto valor biológico y buena digestibilidad, siendo estas las de origen animal y la de soja hidrolizada.
Grasas
En este punto, parece que los ácidos grasos poliinsaturados -presentes en aguacate, pescados, frutos secos, semillas y aceites de semillas- son los más relevantes. Esto es por su capacidad para asegurar membranas celulares fluidas, algo imprescindible para la correcta expresión de algunas sustancias con importantes funciones inmunitarias.
Aquí, el omega 3 merece una mención especial ya que, además de lo anterior, ha demostrado ser capaz de evitar respuestas inmunitarias excesivas -y sus síntomas- sin afectar a la respuesta inmune necesaria para combatir a los patógenos. Recuerda que, para ello, es importante asegurar una adecuada suplementación.
Vitaminas y minerales
Las vitaminas y minerales constituyen lo que se conoce como micronutrientes y su presencia es fundamental para que nuestro sistema inmunitario funcione a pleno rendimiento. En términos generales, la razón radica en su participación directa e indirecta en multitud de rutas metabólicas necesarias para la correcta inmunidad del organismo. En este caso, los más relevantes son:
- Vitaminas hidrosolubles: B6, ácido fólico, B12 y C.
- Vitaminas liposolubles: A, E y D.
- Minerales: Zinc, Hierro, Magnesio y Selenio.
Nutrición contra el coronavirus: el papel de los beta-glucanos
Los beta-glucanos son un tipo de fibra soluble con capacidad para estimular la formación de células implicadas en la defensa del organismo: macrófagos, linfocitos T y células NK. Se trata de inmunomoduladores naturales con una acción muy potente pero controlada, ya que evitan que el sistema inmunitario se vuelva hiper-reactivo.
Y hay más. Estas sustancias fundamentalmente presentes en la avena y las setas, son capaces de alimentar a las bacterias que habitan en nuestro intestino y estas, tal y como veremos a continuación, desempeñan diversas funciones inmunitarias.
Inmunidad, microbiota intestinal y probióticos
El intestino es considerado uno de los órganos más relevantes en la respuesta inmunitaria del organismo humano. De hecho, su tejido linfoide constituye la parte más extensa y compleja del sistema inmunitario, posiblemente por ser la parte del organismo con mayor exposición a sustancias extrañas.
La implicación del intestino en la salud inmunitaria es tal que la mayoría de enfermedades autoinmunes, como la enfermedad de Chron, la psoriasis o la artritis reumatoide, cursan con síntomas digestivos más o menos severos.
Por su parte, la microbiota intestinal -ese billón de bacterias que habita en nuestro intestino de manera saludable- también participa en el bienestar inmunitario, en parte porque su equilibrio es fundamental para que el intestino pueda desempeñar adecuadamente todas sus funciones. No obstante, también juega un papel activo en la defensa del organismo:
- Compite con los microorganismos patógenos por el espacio y los nutrientes.
- Sintetiza vitaminas y asegura una adecuada absorción de minerales.
- Produce anticuerpos IgA.
- Libera mediadores antiinflamatorios.
Así, gozar de una adecuada salud intestinal es fundamental para que nuestro sistema de defensa funcione a pleno rendimiento y para ello podría ser necesario recurrir a determinados probióticos que permitan recuperar el equilibrio. Las cepas bacterianas con mayor evidencia sobre el sistema inmunitario son: Lactobacillus casei LC11 y Bifidobacterium lactis BL04.
En el caso concreto de la infección por coronavirus, algunas investigaciones ya apuntan a la capacidad de determinadas cepas bacterianas para atacar al mecanismo por el cual el virus entra en la célula o para mejorar la salud de los pulmones. Sin embargo, ambas líneas de investigación son demasiado inmaduras como para no hacer ninguna conjetura al respecto.
Conclusiones de nutrición contra el coronavirus
En general, una alimentación variada, suficiente, rica en productos primarios y sin restricción de ningún grupo alimentario sería suficiente para gozar de un adecuado sistema inmunitario. Además, recuerda la conveniencia de reforzar el consumo de beta-glucanos y, llegado el caso, de recurrir a un profesional sanitario para una adecuada modulación de la microbiota intestinal.
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