La hipercolesterolemia afecta al 50% de la población adulta, el colesterol de la dieta sólo explicaría el 10-20% de las cifras totales y los suplementos nutricionales y medicamentos destinados a controlar sus niveles presentan importantes contraindicaciones que los hacen inviables en determinados casos. En este punto, cuando todo fracasa, toma especial relevancia el ejercicio físico contra el `colesterol alto´.
¿Qué es la hipercolesterolemia?
La hipercolesterolemia, más conocida como ´colesterol alto´, se define por la presencia en sangre de niveles de colesterol total superiores a 200 mg/dl o por encima de 135 mg/dl si hablamos sólo de colesterol LDL (´colesterol malo´).
Se trata de uno de los principales factores de riesgo cardiovascular que existen y, pese a ello, según datos de la Sociedad Española de Cardiología, el 80% de las personas con hipercolesterolemia no controlan la enfermedad. Posiblemente, esto sea debido a:
- El 50% de las personas con hipercolesterolemia no saben que la tienen.
- Las recomendaciones nutricionales basadas en el colesterol de la dieta son insuficientes; el 80-90% del colesterol total surge de la síntesis de colesterol que realiza el propio cuerpo.
- Los medicamentos y suplementos nutricionales más eficaces contra la hipercolesterolemia están contraindicados en algunos casos. Aquí, cabe destacar la presencia de enfermedad hepática activa o la elevación injustificada y persistente de transaminasas.
Dieta y suplementos nutricionales
Las recomendaciones nutricionales deberían enfocarse en frenar la síntesis interna de colesterol y no tanto en eliminar el colesterol de la dieta pues, salvo en casos puntuales, éste no es el principal responsable de la hipercolesterolemia. En este sentido, como ya comenté en mi artículo Controlar el colesterol: ¿Qué como? , sería conveniente:
- No suprimir por completo el colesterol de la dieta. Aquí, se deberá optar por fuentes saludables de colesterol, evitando el consumo regular de alimentos como los embutidos o la bollería industrial.
- Aumentar el consumo de alimentos ricos en omega 3 y omega 9.
- Reducir el consumo de hidratos de carbono de elevado índice glucémico.
Además, podríamos optar por incluir la suplementación con levadura de arroz rojo por su contenido en Monacolina K. Esta sustancia, al igual que hacen las estatinas (el grupo de medicamentos más utilizado para tratar la hipercolesterolemia), frena la síntesis hepática de colesterol y, a su vez, aumenta la eliminación de colesterol a través del hígado. Pero, ¡cuidado! Fruto del trabajo extra que supone para el hígado, esta sustancia está contraindicada en personas con alteración de la función hepática.
Por otro lado, la suplementación con Lactobacillus Reuteri también se ha demostrado eficaz contra la hipercolesterolemia por su capacidad para aumentar la eliminación de sales biliares a través del intestino y, por tanto, para aumentar el consumo de colesterol dirigido a la síntesis hepática de nuevas sales biliares. De nuevo, el trabajo extra que supone para el hígado hace que deba contraindicarse en personas con afectación hepática.
Ejercicio físico contra el colesterol alto
En algunas ocasiones, podemos encontrarnos con personas que, llevando a cabo una alimentación exquisita y no pudiendo beneficiarse de los medicamentos ni de los suplementos nutricionales, no consiguen optimizar sus niveles de colesterol. En este punto, toma especial relevancia el ejercicio físico contra el colesterol alto.
En la actualidad, además de lo que nos dice la experiencia clínica, existen múltiples investigaciones que ponen de manifiesto cómo la práctica regular de ejercicio físico es capaz de reducir los niveles de colesterol unido a VLDL y LDL (´colesterol malo´) e incrementar el colesterol HDL (´colesterol bueno´). En este sentido, parece que el ejercicio de fuerza es especialmente eficaz.
Así, la práctica regular de ejercicio físico se hace fundamental en la prevención y el manejo de la hipercolesterolemia, más aún cuando el resto de estrategias han fracasado o están contraindicadas.
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